Lunes, 20 de abril de 2009
El peor partido, jamón y pipas Churruca
Hola, les escribo desde mi casa en Portland hoy lunes. Cuando
parecía tan lejano el playoff, tras tanto tiempo hablando de si
nos metíamos, tras esta semana previa sin saber si íbamos
a tener la ventaja de campo... Pues tras todo eso y como si hubiera
pasado el año rapidísimo, ya estoy aquí, sentado en
el sofá escribiendo el blog cuando ya hemos jugado el primer
partido, el sábado, y lo hemos perdido.
Se había creado mucha expectación en Portland; la ciudad
se ha volcado con el equipo. El jueves previo al partido fuimos por la
mañana a una recepción y no sé cuánta gente
había, pero la plaza del centro de la ciudad estaba abarrotada.
Fue una 'mini' comparada con la de la Plaza Castilla cuando quedamos
campeones del mundo, pero aun así, y con el día tan bueno
que hacía (vaya sol...), en la guagua el equipo no daba
crédito a toda la gente que había. Fue muy bonito,
principalmente por la entrega de los aficionados.
El sábado hice la misma rutina de todos los días de
partido: entreno por la mañana con los últimos detalles
del equipo contrario, potaje con gofio, siesta y al partido dos horas
antes. Se notaba que era otro tipo de partido, de playoff, y la gente
estaba tensa, desde el aparcacoches hasta nosotros. Fue un encuentro
raro, nuestro peor partido del año, sobre todo en casa. Aparte de
ser un partido más importante que el resto, el que ellos
dominaran desde el principio hasta el final fue muy extraño. Lo
bueno es que la serie es a siete partidos y eso te da un mayor margen de
error. Mañana martes tenemos el segundo y estoy seguro de que
saldremos muy diferente y jugaremos de otra manera, porque perder esa
forma y en esas circunstancias te da más fuerzas para el siguiente.
Esta semana ha venido mi padre a ver los playoffs, y cuando me
preguntó qué quería que me trajera, mi respuesta
fue tajante: jamón y pipas. El jamón ya sabemos todos lo
que representa, mucho más para los que vivimos fuera de
España, pero las pipas son un vicio que tengo desde siempre y
suelo decir a la gente que me traiga.
Pues bien, hace unos meses vi a mi preparador físico Bobby
Medina, con el que me llevo muy bien desde que llegué a Portland,
comiendo pipas, pero unas pipas raras. Las que venden aquí son
sin sal, como para hamsters, y le prometí que de la siguiente
remesa que me llegase le daría un paquete de los nuestros.
Así que ayer le llevé una buena bolsa de Churruca y me
esperé a que la abriera y probara una. Por la flexión de
los mofletes y el saboreo que hizo cuando se la metió en la boca,
vi que le habían gustado bastante y le dejé allí al
tío, en el despachito del gimnasio, con todas las chocolatinas de
proteínas y su paquete de pipas del kiosko de enfrente de casa de
mis padres. Sólo espero que no lo meta en ninguna dieta, porque
menuda exportación tendrían que hacer mis visitas.
Un abrazo para todos y ¡arriba el Tete!